Historia
Fundada en 1853 por el catedrático de la Universidad de Valencia D. Vicente Fillol Soriano, fueron sus fines iniciales “extinguir el oficio de mendigo, dar educación a la tierna infancia y fomentar la beneficencia pública y domiciliaria”, tuvo en cuenta la nueva orientación que se daba a la Beneficencia con el matiz de asistencia domiciliaria, e inició un proyecto de ayuda a los indigentes, suministrándoles ayudas a domicilio y socorriendo la oculta desgracia de los pobres vergonzantes.
Monumentos al Fundador y Bienhechores, 2 de julio de 2018.
Y se denominó “amparada bajo el manto de Nuestra Señora de los Desamparados” por la veneración que D. Vicente Fillol y quienes con él estuvieron en el primer momento profesaron siempre a la patrona de Valencia.
La fundación de Gran Asociación coincide con el inicio de una época especialmente difícil para la vida de la ciudad con un importante crecimiento de la mendicidad y del paro en el sector sedero.
Los fundadores de Gran Asociación eran conscientes del casi nulo desarrollo de la beneficencia domiciliaria en la ciudad, así como de las necesidades asistenciales de la misma en la que barrios enteros presentaban un panorama desolador.
Además del papel que deseaban ejercer en la extinción de la mendicidad, Gran Asociación valoraba su acción positiva en el fortalecimiento de un modelo de familia y en la promoción del patronazgo social, según consta en sus constituciones fundacionales: “La beneficencia domiciliaria tiene la inmensa ventaja de que coopera a conservar la unión de los matrimonios y la de los padres con sus hijos; que éstos continúen bajo la vigilancia de aquellos, y por este medio conservar las relaciones de familia que son el primer bien de la humanidad y el más dulce consuelo en la desgracia”.
En la fachada de aquel edificio, sede desde entonces de Gran Asociación, una lápida de mármol muestra una inscripción que refiere elocuentemente algunos hitos de la historia de la benemérita institución: “Gran Asociación de Beneficencia Domiciliaria de Nuestra Señora de los Desamparados fundada en 1853. Asilo Escuela de Párvulos y de Instrucción Primaria. Este edificio se construyó en 1866 a expensas de varios bienhechores y se inauguró con motivo de las fiestas seculares del segundo centenario de su Patrona celebrado en 1867”.
Los principales fines de Gran Asociación en el momento de su creación fueron cuatro:
- Socorrer a los verdaderos indigentes con la mira puesta en la extinción de la mendicidad.
- Suministrar ayuda a domicilio a los enfermos pobres.
- Socorrer la oculta desgracia de los “pobres vergonzantes” .
- Educar convenientemente a la infancia pobre.
Numerosos ejemplos de las personas que se atendían por la G.A.se refieren a mujeres dedicadas “a sus labores” y “servicio doméstico”, y algunas otras a trabajos artesanales hoy ya olvidados, dando lugar a una proporción porcentual femenina casi cien veces superior al de los hombres.
La figura principal de la Asociación en los primeros tiempos, ha sido el racionista, esto es, el asistido que ha venido acudiendo diariamente a sus locales para recibir la ración alimentaria para él y su familia.
La Gran Asociación jugó su papel en las medidas extraordinarias que las autoridades locales pusieron en marcha en la gran crisis sedera, para atajar la mendicidad y auxiliar a los parados. Los datos disponibles nos permiten afirmar que el número de asistidos llegaron a ser unos 1.100 racionistas de forma diaria.
Durante la epidemia de cólera que afectó a la ciudad de Valencia y pueblos periféricos fue primordial objetivo de Gran Asociación la atención de las clases más modestas, cada vez más empobrecidas y en mayor número por falta de trabajo, por lo que la Asociación manifestó que consideraba su deber ofrecer al pobre una comida diaria, “como medida de sanidad, higiene y caridad social”. Con rapidez se llevó a efecto un proyecto de “confección de ollas económicas” con objeto de proporcionar a quien lo solicitara un plato de buena y abundante comida, puesto que los partes facultativos y las estadísticas correspondientes a la epidemia colérica mostraban que “una alimentación precaria o defectuosa era abonado terreno para contraer la enfermedad”. En principio y a modo de ensayo con las cocinas económicas se prepararon ciento cincuenta raciones diarias, que pronto llegaron a dos mil, lo que constituyó una decisiva ayuda para satisfacer las necesidades que tramitaban las Juntas de Beneficencia y los particulares. Gran Asociación dio ejemplo de mano pródiga y mentalidad acorde a los tiempos en el socorro de los damnificados, organizando el reparto de raciones y estableciendo cocinas de las que se facilitaron comidas a base de carne, tocino, arroz, garbanzos, patatas y pan.
Así, durante el curso de los meses de epidemia, Gran Asociación coadyuvó de forma especial a la salud pública y a la subsistencia de una Valencia atormentada por la enfermedad colérica y la muerte, lo cual fue valorado por el Alcalde de la ciudad, rogando a la Junta de Gran Asociación se encargara de la administración y reparto de las raciones en el Campamento Sanitario que se había levantado en las inmediaciones de la urbe. Desde el 2 de julio hasta el 13 de septiembre de 1885 se repartieron 62.643 raciones y se recaudaron de donativos voluntarios 6.825 ptas., produciéndose 14.910’75 ptas. de la venta de bonos.
Una importantísima línea de trabajo de Gran Asociación fue la dedicada a dispensar lactancias a la población que auxiliaba. Este tipo de asistencia comenzó unos años después de su fundación, y el funcionamiento general de su actividad era similar al que regía para los racionistas.
Consistía en financiar la lactancia durante doce meses mediante el pago de una nodriza, así como la aportación de leche enlatada, según casos. En 1879 el período de lactancia asistida se amplió a dieciocho meses.
Otra benéfica actividad que Gran Asociación ha desarrollado durante el siglo y medio de su existencia es la labor escolar. En 1857, poco después de su fundación, los alumnos de las escuelas alcanzaban los doscientos y en 1884 la matrícula ya ascendía a cuatrocientos ochenta y ocho; existía además un asilo de día para la infancia que no alcanzaba la edad escolar y que recogía a ochenta y ocho criaturas. En 1905 el asilo de día reunía ciento diez pupilos y las escuelas a trescientos noventa y ocho niños y niñas, la mayoría párvulos.
Tras la Guerra Civil Gran Asociación pasó por muchas y graves dificultades económicas; no obstante se tramitaron los expedientes relativos a las escuelas para formalizar su puesta en actividad. En 1943 se restableció el reparto de raciones a los pobres y el suministro de lactancias y se adquirió la casa lindante de la calle Padre Huérfanos para construir un solar con jardín para recreo de las niñas.
Gran Asociación pudo seguir su andadura gracias a donativos de particulares, mesas petitorias y rentas fijas mensuales proporcionadas por sociedades como la Sociedad de Caminos del Hierro del Norte, el Círculo Conservador y el Círculo Valenciano.
Hay que subrayar el apoyo concedido a la labor social de esta Institución por miembros de la Casa Real, que visitaron en diferentes ocasiones las instalaciones de Gran Asociación.
Cabe destacar a la Reina Isabel II, augusta protectora de la Asociación, en 1857, al rey Amadeo I de Saboya en 1871, al rey don Alfonso XII en 1875, a doña Isabel Francisca de Borbón en 1919 y a la reina doña Victoria Eugenia en 1923.
Hasta que en tiempos relativamente recientes se organizó la primera seguridad social, fue Gran Asociación el gran paliativo de la total carencia de asistencia a los trabajadores enfermos o lesionados.
Hoy día, Gran Asociación, orgullosa de un pasado que avala su dedicación a las personas más vulnerables de la sociedad valenciana, proyecta su acción social en rigurosos programas destinados a atender las necesidades de las familias, infancia y mayores, proporcionando el sustento más urgente e inmediato y un acompañamiento cercano y personal, con el objetivo final de su integración socio laboral.